La Ginebrosa
Bienvenidos a la Ginebrosa, localidad del Bajo Aragón situada en el interfluvio del Bergantes y el Mezquín, a 28 kilómetros de Alcañiz.
Su topónimo procede del término “ginebre”, enebro en catalán, en referencia a la abundancia de este arbusto en la zona.
Existen testimonios de antiguos asentamientos como el poblado ibero encontrado en el Monte Catma. El núcleo poblacional actual se origina tras la reconquista cristiana bajo el reinado de Alfonso II, quien donará este territorio a la orden de San Juan. Así, en el siglo XII se inicia la repoblación y en 1291 don Artal de de Alagón, cuya familia gobernaba la zona, concede carta puebla al municipio.
Testigo de este periodo son los restos del castillo de Buñol, dentro del término de la Ginebrosa, a 7 kilómetros de Mas de las Matas, en el que se han rastreado abundantes materiales arqueológicos de época musulmana y de la posterior Reconquista.
Se sabe que en el siglo XVI el rey impidió que la orden sanjuanista vendiese el municipio al Conde de Aranda, hecho que provoca que la Ginebrosa pase a formar parte del territorio dominado por la orden de Calatrava.
De las cinco puertas de la muralla que protegía la población, se conserva únicamente la del extremo sudeste. El trazado del casco urbano refleja la típica estructura medieval, con arcos y pasadizos. Es el caso de la casa Bayle, con planta en “L”, atravesada por un callejón, el edificio que alberga la Casa de Cultura, cuyo pasadizo comunica con la plaza del Ayuntamiento o multitud de arcos como sobre el que se asienta el antiguo convento, el de la herrería, o el arco que comunica la calle Mayor con la calle del Pilar. Para conocer en profundidad este interesante aspecto de la Ginebrosa se ha creado el Centro de Interpretación de Urbanismo Medieval.
Los soportales de la plaza del Ayuntamiento o plaza Mayor, alojan destacados edificios como la casa consistorial, en la que se entremezclan su fase medieval con la posterior etapa constructiva del siglo XVII. Presenta lonja con arcos apuntados y cuerpo superior con arcos de medio punto y balcones de rejería.
Sobresale entre los monumentos de la Ginebrosa la iglesia parroquial de San Bartolomé, edificada en el siglo XIV y reformada posteriormente en estilo gótico. De la fábrica original se conservan el ábside y el primer tramo de naves. El resto del templo corresponde a la segunda etapa constructiva, con profusas bóvedas de crucería, decorativas pinturas murales y estucos, así como la portada a modo de templete y la torre lateral de planta cuadrada.
No podemos olvidar otras muestras de interés, como la decimonónica ermita de Santa María Magdalena, situada en la partida de “Las Masadetas”, donde se realiza la “fiesta de las cerezas”. Y dentro de la arquitectura etnológica cabe nombrar su horno de pan, las dos neveras pertenecientes a la “Ruta de las Bóvedas del Frío” o los restos de la antigua presa. Ubicada en el cauce el Guadalope, forma parte del conjunto hidráulico encargado por el infante don Antonio Pascual de Borbón, hijo de Carlos III, a uno de los arquitectos más importantes del siglo XVII, Juan de Villanueva.
En esta localidad encontramos una nevera comunal orientada al noroeste y situada en la cercanía del casco urbano, de planta circular y construida en argamasa y mampostería. El acceso a la misma se ha realizado por la parte lateral construyéndose unas escaleras para el acceso a la zona baja. La temática tratada es el desuso y el abandono de los pozos de nieve como tales consecuencias de la implantación del frío industrial. Unas ilustraciones y unos carteles de época nos sumergirán en este apartado de nuestra historia. Esta nevera funcionó como tal hasta el primer tercio del siglo XX.
Para ver la Nevera de LA GINEBROSA : Recogida de llaves en el bar de las piscinas.