Presa de Juán de Villanueva
Los restos de esta antigua presa se conservan en el cauce del río Guadalope, en la cola del actual pantano de Calanda, muy próximos a la zona con abundantes surgencias naturales conocida como ‘Los Fontanales». Están en el actual término municipal de La Ginebrosa, junto al límite con el término de Calanda.
Esta presa formaba parte de un conjunto hidráulico encargado por el infante don Antonio Pascual de Borbón, hijo de Carlos III, al arquitecto de la Corte de Madrid Juan de Villanueva, quien ha sido considerado el máximo representante español de la arquitectura neoclásica, autor de obras de tanta envergadura como el edificio del Museo del Prado, el Palacio del Pardo, la remodelación de la Plaza Mayor de Madrid o el diseño de los Jardines del Retiro de la misma ciudad.
Además de los restos de la antigua presa -que muestra una gran estructura escalonada de cantería-, se conservan los de la casa de compuertas y parte de la acequia de riego. La construcción del pantano de Calanda hace tres décadas ocultó estas obras, si bien son visibles cuando el nivel del agua embalsada es bajo.
Por las dimensiones de su fábrica puede considerarse que se proyectó una auténtica presa, la primera que en este momento está documentada en el Bajo Aragón. Con ella se quiso poner en marcha un ambicioso plan de regadíos que beneficiaría a un amplio territorio.
Antonio Ponz se refiere a esta obra en su Viaje de España (1788). Informa que su alto coste sería adelantado por el propio infante don Antonio Pascual, a través de las rentas de la Encomienda de Calatrava y que sería recuperado posteriormente mediante la imposición a los regantes de un canon adicional sobre la cosecha anual. El propio Ponz nos recuerda cómo en mayo de 1788, tras cinco años de trabajo y cuando la presa estaba a punto de concluirse, una crecida inesperada del caudal del río Guadalope destruyó gran parte de la construcción. No obstante, el proyecto no se abandonó y se incluyeron además los trabajos de una gran acequia, de la que se conservan restos del acueducto en la zona conocida como los «Arcos de Lacarra», en referencia al cantero vizcaíno Antonio Lacarra al que precisamente se menciona en un documento conservado en el Archivo Histórico de Protocolos de Alcañiz (fechado el 22 de mayo de 1788) como responsable del grupo de canteros al que se encargó esta acequia poco después de la rotura de la presa. Este documento incluye datos interesantes no sólo de la acequia sino de todo el conjunto hidráulico.
El encargo en 1793 de una partida de pólvora confirma que todavía prosiguieron los trabajos hasta esa fecha. Sin embargo, la devolución precisamente de parte de esta pólvora podría indicar que muy pronto se paralizaron las obras. De ahí que pueda confirmarse que en este ambicioso proyecto que finalmente quedó inacabado se trabajó durante 10 años: de 1783 a 1793.